
Europa ha hecho todo lo posible para impedir que China nos inunde con sus coches eléctricos. La solución de BYD: barcos desde Tailandia
Los coches chinos más baratos son un peligro para la industria europea. Al menos eso es lo que consideran nuestros reguladores quienes afirman que si no se les imponen aranceles estarán compitiendo dopados en nuestro suelo. Para solucionarlo levantaron unas barreras comerciales que debían equilibrar la situación.
La solución de BYD: no enviar sus coches desde China.
Los aranceles. Han pasado tantas cosas en el último año que pareciera que los fabricantes chinos llevaran décadas pagando por exportar a Europa sus coches eléctricos. Sin embargo, es una medida que solo se aplica desde el 30 de octubre de 2024. Poco antes, la Unión Europea estuvo aplicando los llamados «derechos compensatorios» pero todo terminó por definirse como aranceles fijos unos meses más tarde.
Esos aranceles, sin embargo, son variables. Toda importación de coches de fuera de la Unión Europea paga un 10%. A ese dinero se sumó una tarifa adicional dependiendo de la marca porque, según los reguladores europeos, no todas las compañías chinas han recibido los mismos favores estatales.
SAIC, que es una compañía del Estado chino y que no quiso colaborar con las investigaciones, tiene que añadir otro 35,3% a la tarifa plana del 10%. BYD, sin embargo, fue la compañía que más colaboró y la que, a ojos europeos, menos trato de favor ha recibido. Con todo, se la castigó con un 17% adicional.
Su impacto. El impacto de la medida ha sido obvio. A los coches eléctricos chinos les está costando entrar en el mercado. Aunque es su entorno natural, el coche eléctrico urbano sigue teniendo un precio relativamente alto. Especialmente si entendemos que en muchos casos puede funcionar como único coche ya que las salidas fuera de la ciudad pueden eternizarse.
Ahí, el coche eléctrico chino tenía la baza del precio a su favor. Si su oferta era mucho más barata que la de los rivales podían ganar buena parte del mercado. Sin embargo, las matriculaciones nos dicen que ha estado ausente. Incluso en un país como España que tiene el precio como principal valor de compra, solo hay un coche chino entre los 10 eléctricos más vendidos (BYD Atto 3 en octava posición).
En consecuencia, donde de verdad ha hecho daño China hasta ahora ha sido con los vehículos con motores de combustión. Ahí, el país sí tiene mucho que ganar ya que los híbridos enchufables europeos siguen teniendo un precio alto pero los chinos ofrecen mucho más espacio y equipamiento a un coste muchísimo más bajo.
Bueno, espera. Mucho se ha hablado de cómo los fabricantes chinos quieren saltarse estas barreras comerciales. De momento sabemos que BYD está levantando una planta en Hungría y que ha elegido a Turquía como próximo destino. El plan parecía claro: desarrollo y montaje de los coches más caros en Hungría (con mayor margen de beneficios) y producción en Turquía de los coches más baratos y complicados de amortizar.
La estrategia de hecho, se vio respaldada poco después si tenemos en cuenta que la Unión Europea habría trasladado a Chery que su intención de utilizar las fábricas de Nissan en Barcelona y sólo emplearlas para hacer el último soldado de piezas (los coches llegan casi montados en contenedores como si fueran grandes piezas de un puzzle) era insuficiente. Si quieren saltarse los aranceles, Europa quiere inversión real.
El Dolphin Surf. Pero todos estos planes de BYD apuntan a medio plazo. Antes la compañía tiene que seguir abriéndose paso en el mercado y ha querido hacer mella con su coche fetiche: el BYD Dolphin Surf. Este coche que en China se conoce como Seagull tiene claro su atractivo: precio hipercompetitivo, un buen rendimiento y unos acabados muy superiores a la competencia.
El coche es un superventas en China hasta el punto de que han conseguido colocar en el mercado un millón de unidades en 27 meses. Allí el coche se vende con el Ojo de Dios activo. Es decir, puede circular de forma completamente autónoma en vías rápidas… a pesar de que su precio es de apenas 9.000 euros al cambio.
En Europa podíamos esperar un precio mucho más alto pero, eso sí, en España sumando las ayudas del Plan MOVES III y el descuento de la marca, es posible comprarlo por apenas 11.000 euros. Un precio hipercompetitivo que ya tiene la respuesta de los clientes (segundo coche eléctrico más vendido en julio).
Apoyado por el Dolphin. Junto al Dolphin Surf, el otro coche eléctrico en el que BYD tiene grandes esperanzas es el BYD Dolphin, el hermano mayor del Surf. Si el Surf puede hacer daño en mercados como el español, todavía reacios a comprar los eléctricos más pequeños si no tienen un gran precio, el Dolphin es perfecto para países con mayor poder adquisitivo como Reino Unido o Alemania.
Si observamos las ventas en Europa, claramente BYD está en ascenso y para ellos es imprescindible que estos dos modelos sean abrazados por el público si quieren ser actores relevantes en la industria.
De Tailandia a Europa. Así que, afianzada la marca en los primeros mercados europeos, al compañía ha querido seguir ganando mercado europeo. Después de un inicio dubitativo, ha hecho cambios estructurales en la dirección y en julio ya consiguió superar a Tesla en ventas y en cuota de mercado aunque, eso sí, hay que recordar que BYD vende híbridos enchufables.
Es consciente de que el BYD Dolphin Surf es clave y que puede hacer mucho daño con su propuesta más asequible. Para eso es importante traer todos los que puedan y ha encontrado el modo: mandarlos desde Tailandia. Así lo afirma CarNewsChina, quienes aseguran que la compañía se está saltando los aranceles europeos porque el coche es fabricado y enviado desde este país.
¿Y los aranceles? Los aranceles para la importación de coches venidos de Tailandia es de un 10%, el habitual para todos los traídos desde fuera. Lo único que se exige es que el coche cuente con, al menos, un 40% de componentes locales por lo que no es tan sencillo como fabricar en China y ensamblar las últimas piezas en Tailandia para luego enviarlo. Esta práctica, por ejemplo, es la que están siguiendo los fabricantes europeos en Argelia.
El medio especializado en la industria china del automóvil asegura que el primer barco de BYD con destino a Europa ya ha salido desde los puertos tailandeses. En ellos hay más de 900 BYD Dolphin (el hermano mayor del Dolphin Surf) con destino a Reino Unido, Alemania y Bélgica.
La compañía, además, necesita sacar fuera del país su producción de vehículos. Las últimas noticias que hemos recibido desde China apuntan a un mercado tan dinámico y competitivo que las propias innovaciones de BYD están dejando obsoletos sus coches y eso provoca, junto a una guerra de precios, que sus concesionarios estén llenos de vehículos a los que cada vez es más difícil darles salida.
Foto | BYD
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Europa ha hecho todo lo posible para impedir que China nos inunde con sus coches eléctricos. La solución de BYD: barcos desde Tailandia
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Xataka
por
Alberto de la Torre
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